Las personas que buscan la igualdad son las más valientes y las que más importan en el mundo.
Debemos defender la igualdad y promoverla en nuestra sociedad, es un valor invaluable que nos permitirá avanzar.
Las palabras igualdad y fraternidad nos recuerdan que todos somos hermanos y que todos tenemos los mismos derechos.
Si queremos construir un mundo en el cual la igualdad sea una realidad, debemos comenzar por creer en nosotros mismos.
Un mundo en el que la igualdad sea una realidad sería un mundo en el que la felicidad prevaleciera.
Frases con la palabra igualdad.
No podemos pretender la igualdad si no estamos dispuestos a dar la misma importancia a todos.
Hay que luchar por la igualdad, porque sola la justicia no basta, la verdadera igualdad sólo puede existir en la libertad.
Toda la vida buscamos la igualdad, sin darnos cuenta de que está justo delante de nosotros
La lucha por la igualdad es una de las batallas más importantes para construir un mundo mejor.
Las palabras son importantes, pero las acciones lo son aún más, es por eso que debemos trabajar para que la igualdad sea una realidad.
No hay dos cosas iguales en el mundo, pero todo lo que existe tiene un potencial para llegar a ser igual.
El cielo es igual para todos, pero la tierra es de quien la trabaja, todos nacemos iguales, pero no todos terminamos iguales.
Eres lo que eres, no una mejor versión de nadie, la igualdad consiste en reconocerte a ti mismo como una persona única.
Las personas son iguales en dignidad y derechos porque fueron creados a imagen y semejanza de Dios.
Todos nacemos libres e iguales, y todos tenemos el derecho a ser tratados como tales.
La lucha por la igualdad es una lucha constante, pero vale la pena luchar por ella.
La lucha por la igualdad es una lucha constante, ya que, aunque se avance, siempre quedan retos por superar.
La lucha por la igualdad es una lucha que vale la pena, ya que nos permite avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva.
La igualdad es el camino a la verdadera libertad.
En un mundo en el que hay igualdad, todos ganamos, es la clave para una sociedad mejor.
Nadie es igual a otro, pero todos merecen ser tratados de la misma forma.
No podemos pretender la igualdad si no nos damos la oportunidad de conocer a todos.
Ningún ser humano es igual a otro, y eso es lo que lo hace tan hermoso.
Si te sientes igual, tienes derecho a ser tratada como igual.
Las diferencias no nos hacen superiores ni inferiores, las igualdades nos hacen humanos.
Las personas nacemos iguales, pero no somos iguales ni tenemos que serlo.
Todos nacemos iguales, la vida nos da diferentes oportunidades.
Un mundo en el que todos seamos iguales sería un mundo en el que todos seríamos mediocres.
Las diferencias nos enriquecemos mutuamente, respetémoslas y cultivémoslas para que la sociedad en la que vivimos sea cada vez más justa e igualitaria.
Bajo la misma estrella hay sitio para todos, no hay color, religión o clase que nos impida ser iguales.
No hay dos personas iguales, y eso es lo que las hace tan especiales.
Hay que luchar por la igualdad, soy consciente de que aún hay mucho camino por recorrer, pero estoy convencida de que podemos conseguirlo.
Ninguna persona es superior a otra por el hecho de nacer en una familia acomodada o en una pobre.
Cuando reivindiquemos y respetemos la igualdad, estaremos construyendo una sociedad justa y libre.
Todas las personas nacemos iguales, pero no todas vivimos iguales.
Todos somos seres humanos y merecemos ser tratados como tales.
No importa tu raza, religión, orientación sexual ni credo, eres digno de igual respeto.