Ha llovido mucho desde que te fuiste, y aunque el cielo se ha vuelto gris, brillas en mi memoria.
No sé cuánto tiempo he pasado buscándote, no sé cuánto tiempo he estado llorando tu ausencia, sólo sé que mi corazón se rompe poco a poco cada vez que pienso en ti.
No sabía lo afortunado que era hasta que te perdí y aunque nunca volveré a verte, sabrás que estaré siempre cerca de ti.
No sé si en algún momento volveré a verte, tal vez ya no estés aquí cuando lo lea, pero te escribo estas palabras para que sepas que, aunque nunca te dije te quiero en voz alta.
Te extraño cada momento que estoy lejos de ti, sé que estás en buenas manos, pero no puedo evitar pensar en ti cada segundo.
Frases perdida de un hijo.
No puedo creer que te hayas ido, siempre eras mi rayo de esperanza en este mundo, era imposible no sonreír cuando estabas cerca.
No hay nada en este mundo que pueda tranquilizarme después de perderte, eres el ser más valioso en mi vida y nunca voy a olvidarte.
Si Dios quiere, estaré de vuelta en tu vida antes de que te des cuenta, aun no puedo aceptar que te fuiste, aún no puedo creer que no estás más aquí conmigo.
Te llevaste un pedacito de mi corazón el día que te fuiste y aún lo siento latir cada vez que recuerdo tu cara.
Aunque nuestro hijo nos sea arrebatado por la muerte, no estamos solos en nuestro dolor, nos acompaña una larga tradición de padres que han perdido a sus niños y que nos dan esperanza.
Preciados son los hijos en la vida, aunque perdidos en la muerte, un hijo muerto es una lágrima derramada en el corazón de su padre durante toda la vida.
Nuestro dolor es profundo, nuestra pena inmensa, pero sabemos que nuestro hijo vive en nuestro corazón y que estará siempre con nosotros.
Nuestro hijo muerto es como un ángel que nos guía por el camino de la vida, nuestro hijo muerto nos da fuerza para seguir adelante, aunque el camino sea duro y lleno de lágrimas.
Es imposible no pensar en él a diario y preguntarnos cómo será su vida en el más allá, descubrimos que la vida sin él es muy dura y que nunca será igual.
Aunque el dolor nos quema, sabemos que la esperanza nos sostiene, porque sabemos que nuestro hijo está en un mejor lugar y que un día nos volveremos a encontrar.
No hay nada que pueda describir la sensación de perder a un hijo, es como si el mundo se hubiera detenido, puede que sientas que estás perdido y que nunca serás capaz de levantarte de nuevo.
Cuando nuestro hijo se va, nos quedamos con un enorme vacío en el corazón, nos sentimos solos, tristes y perdidos.
Cuando se pierde a un hijo, se pierde todo, la felicidad se va para siempre y el futuro se vuelve incierto.
Nadie puede imaginarse lo terrible que es perder a un hijo, es una sensación de vacío y soledad que no se puede describir con palabras.
El dolor por la muerte de un hijo es insoportable, es como si nos partieran el alma en dos, es imposible volver a ser la persona que éramos antes de perder a nuestro hijo.
La muerte de nuestro hijo nos deja el corazón roto y lleno de angustia, es un dolor que nunca se va a olvidar.
Todos los días, durante las 24 horas, pienso en ti, te echo de menos a cada segundo y me muero por volver a abrazarte.
No hay nada más doloroso en esta vida que perder a un hijo, es una pérdida que no se puede recuperar, una herida que nunca cicatriza.
Mi hijo era mi vida, y ahora que lo he perdido todo tiene sentido, este dolor es insoportable, es como si una parte de mí se hubiera muerto con él.