No es el final de tu carrera, es solo un peldaño más para ganar tu batalla que con fuerza y valentía lograras
Tus esperanzas y tu moral son tus dos mayores armas para combatir a ese malvado mal que tienes dentro de ti, eres el héroe de tu propio cuerpo y el necesita que lo salves.
Aunque tu cansancio comencé a hacerse más notable y el dolor pueda ser menos tolerable, tus ganas de vivir siempre deben seguir presentes hasta el final.
Cuando todo lo demás parece perdido, creer en alguien o en algo será tu mayor refuerzo, cree en ti para superar todos tus obstáculos y cree en Dios para que te guie en todos ellos.
En el cáncer no hay porcentajes ni probabilidades, no hay diagnostico final, rendirnos o luchar hasta el final, eso es lo que permite superar este mal.
Los niños con cáncer son los más valientes de todos, pues luchan por su vida, no sienten conformidad hacia la muerte y dan batalla hasta el final, los corazones y pensamientos más nobles incluso hasta en el último instante.
El cáncer puede ser el peor regalo para un niño, pero cuando se supera, es la mayor de las bendiciones, al dejar claro que nada puede vencerte.
Cuando el miedo a perder la batalla sea tu peor amigo, cántale a la vida y disfruta de cada momento, aun tienes mucho porque luchar.
Ser un niño con cáncer es tan trágico como mágico, porque valoras absolutamente cada momento como si fuese el ultimo, incluso aferrándote a tu vida y superando tus miedos.
Nunca dejes que un diagnostico determine tus ganas de vivir, puedes llegar muy lejos si tienes el deseo de hacerlo y superar con valentía la batalla incluso en los días más grises.
El deseo a vivir se intensifica cuando eres joven y aun no has vivido gran parte de tus experiencias y es ese deseo de vivir, el que rompe todas las ataduras y barreras.
Cuando tengas miedo y desees tirar la toalla, recuerda que tú eres el primer paso a tu recuperación.
La persistencia y la paciencia es el primer paso para la superación, si tienes Fe y crees en ti, nada podrá detenerte, así sea el peor de los males existentes.
Si alimentas tu fe, tus miedos terminaran muriendo de hambre
El cáncer puede ser un monstruo aterrador y complicado, pero tus fortalezas son capaces de vencer cualquier miedo siempre.
En uno de los momentos más maravillosos de la vida como lo es la niñez, un terrible mal como el cáncer puede ser un temor pero no un final, tu fe y tus ganas de seguir adelante son tus determinantes, no un diagnóstico.
Hasta en el peor de los casos, tus deseos de vivir pasaran por encima de todos esos miedos que puedas tener, recuerda que tu voluntad y tu alma es más fuerte que muchas medicinas.
Al gran temor del cáncer, el amor puede ser su peor destrucción, ama cada día, cada momento y cada acción, y la vida te lo recompensara en todas las formas.
El cáncer es una lucha que tiene dos desenlaces posible, no permitas nunca que tu vida sea uno de ellos, lucha hasta el final con todas tus fuerzas.
Cuando el cuerpo te pida descanso, utiliza tu mente, cuando tu mente ya no pueda más, permítele a tu alma luchar, la batalla termina cuanto te das por vencido y dejas al mal vencer sobre ti.
Cuando el peor de los demonios intente acecharte atentando contra tu vida, la mejor de las armas podrá ser tu salvación, y esa arma es el amor.
El Cáncer es un mal que puede extenderse o retraerse, como niño, tus anticuerpos estarán como pelotón a tu disposición para acabar con ese mal de una vez por todas.
Aunque el mundo pueda verse muy gris algunas noches, tu puedes ser la luz que le de brillo a toda esa oscuridad.
Toda lección de amor comienza con una lucha, no te rindas nunca pequeño valiente, al final, el sol saldrá para ti.