Hoy es un gran día, ha pasado mucho tiempo desde que te escribí la última vez, pero hoy es un buen momento para enviarte una carta. Hemos pasado por muchas cosas juntos últimamente, algunas eran difíciles de afrontar, pero juntos hemos superado todo.

No hay palabras suficientes para describir el amor que siento por ti, eres la persona más importante en mi vida, y gracias a ti he aprendido lo que es el amor incondicional. Te agradezco todo lo que has hecho por mí, y todo lo que sigues haciendo; siempre estás ahí para escucharme, aconsejarme y apoyarme.

 

Eres una madre maravillosa, y no hay nada que me gustaría más que poder corresponderte a tu amor. Sé que estás preocupada por mí, pero no te preocupes, estoy bien, en realidad, estoy mejor que nunca.

Me encanta estar en el ejército, es una locura, pero me gusta. Tengo muchos amigos y estoy aprendiendo mucho.

 

Una carta para mi madre llego.

 

Te envió una foto para que veas cómo me estoy portando. Tu eres mi mejor amiga, mi confidente y mi apoyo incondicional, siempre estás ahí para mí, sin importar lo que suceda.

Tantos años de dedicación y sacrificio no pueden quedar sin recompensa, sabes que te quiero y que siempre estaré agradecido contigo. Espero que estés disfrutando de la vida, aunque sé que eres una mujer muy ocupada.

 

Gracias por ser una madre incondicional, por estar siempre a mi lado y por amarme tal como soy, eres un ángel en mi vida, y no podría estar más feliz de tenerte como madre. Siempre supe que eras la persona más fuerte y amorosa que conocí, incluso cuando cometiste errores.

Hoy me doy cuenta de que eres la única persona a la que quiero imitar. Que sepas que todo lo que hice, lo hice por ti, que nunca te olvido y que siempre te llevaré en mi corazón.

 

Siempre estás ahí para mí, sea cual sea mi decisión, eres la persona en quien más confío y a la que siempre recurro cuando necesito consejo. Tu sabiduría y tu experiencia me han ayudado a ser la persona que soy hoy en día.

Ha pasado mucho tiempo desde que te vi la última vez, te escribo esta carta para contarte acerca de mi vida en el extranjero. Hasta ahora, todo ha ido bastante bien, he aprendido un montón de cosas nuevas y me he hecho amigo de mucha gente.

 

La cultura es muy diferente a la nuestra, pero me está gustando mucho explorarla. He conseguido un buen trabajo y estoy ganando mucho dinero.

Gracias por convertirte en mi ejemplo a seguir, por enseñarme el valor de la perseverancia y la fuerza de voluntad. Te agradezco el increíble regalo que me diste el día de mi cumpleaños, un reloj de pulsera.

 

No sabes cuánto lo necesitaba, siempre estoy ocupada y no tengo tiempo para detenerme a mirar el reloj. El reloj de pulsera me permite estar al tanto de la hora sin tener que apartar la vista de lo que estoy haciendo.

Además, es muy elegante y me ha permitido lucir mejor en las ocasiones en las que he tenido que asistir a eventos importantes. Tú fuiste la primera persona que me enseñó a amar, y eres la persona en la que más confío, gracias por cuidarme, por enseñarme a ser fuerte, y por ser el apoyo en las buenas y malas épocas.

 

No sabes cuanto me alegro de poder escribirte esta carta, que sigas disfrutando de la vida. A veces me pregunto si estarás recordando todas las cosas que te enseñé.

Lo importante es que sigas siendo tú misma, no dejes que nadie te cambie. No sé cuánto tiempo hace que no nos escribimos, la verdad es que no he querido escribir antes porque no sabía qué decirte. Quizá pienses que estoy loca, o que ya no te quiero, pero nada es más lejos de la realidad.