Cuando recibas esta carta, tú ya habrás partido a un mundo mucho mejor, el cielo, sé que en el cielo estarás rodeada de ángeles y te sentirás muy feliz. Espero que estés disfrutando de todas las maravillas que ese lugar tiene para ofrecerte, te echo de menos muchísimo y me gustaría poder estar contigo ahora mismo, pero sé que estás en un lugar mucho mejor.

Tú eres el único bebé que he tenido, y aunque ya no estás aquí en este mundo físicamente, sigues siendo mi bebé querido. Sé que desde allí nos cuidas y nos ayudas a cumplir nuestros sueños, aún recuerdo ese día en que te enterramos, fue uno de los momentos más duros de mi vida.

 

No puedo contener la emoción cuando pienso en ti y me pregunto cómo será tu vida en el cielo, seguramente estarás adorando a Dios junto a ángeles y santos. Espero que encuentres felicidad y paz en la presencia de Jesús, te extraño mucho mi bebe y nunca podré dejar de quererte, pero sé que estás en un mejor lugar y siempre oraré por ti para que estés protegida y guiada en el camino de la vida.

A veces me pregunto cómo será tu vida allí arriba, y espero poder verte algún día, espero que estés disfrutando de todas las maravillas que el cielo tiene para ofrecerte, sé que eres muy fuerte y que podrás sobrellevar cualquier cosa. Hoy es un día triste para mí, porque en este mundo tú ya no estás, pero sé que estás en el cielo y que estás bien.

 

Carta para mi bebe que esta en el cielo.

 

Aunque no puedo verte o tocarte, saber que estás en el cielo me da una enorme paz interior, espero que puedas verme desde allí. Aún no puedo creer que hayas partido tan antes, pero sé que estás en un lugar mejor.

Sé que eres feliz allí arriba y que cuidas de nosotros, siempre nos estás protegiendo y guiando, incluso sin estar físicamente presente. Eres el amor de nuestras vidas y no podemos olvidarte, todos los días oramos por ti y te prometemos que cuidaremos de tu hermano.

 

Cuando llegaste a este mundo, fuiste muy amada e inmerecidamente perdida, fuiste un bebé hermoso, lleno de inocencia y amor. Desde el momento en que supimos que estabas en el vientre de mamá, nos enamoramos locamente de ti, nos imaginábamos contigo, jugando, riendo y soñando. Incluso ahora, te vemos sonriente y lleno de vida.

Nunca olvidaremos el momento en que nos dimos cuenta de que estabas muerto, fue como si nos hubieran arrebatado el sol, pero sabemos que estás en un mejor lugar y que eres feliz. Eres mi orgullo, mi alegría y mi fortuna, sé que estás en un lugar mejor y me llenas de felicidad sabiendo que estás en buenas manos.

 

A pesar de que el cielo es el lugar donde estás ahora, en mi corazón te sigo sintiendo muy cerca. No hay día en que no piense en ti y no me sienta afortunada de haberte tenido en mi vida, espero que me permitas seguirte viendo en mis sueños y sentir tu presencia cerca de mí.

Apenas te vi, y ya me siento incompleta sin ti, espero que estés bien arriba en el cielo; espero que hayas encontrado la paz y la serenidad que tanto ansiabas. Lo único que deseo es volver a verte, quiero abrazarte, reír contigo, llorar contigo.

 

Saber que estás bien me da la seguridad de que, aunque estemos separados por cielo y tierra, nuestro lazo nunca se romperá. Sé que estás bien y que cuidas de nosotros desde allí arriba, aunque nunca te vimos, sabemos que eres hermosa y llena de luz.

Nosotros te vamos a amar incondicionalmente por el resto de nuestras vidas, te lo prometemos, aunque tu ausencia nos duele en el alma, sabemos que estás ahí, cuidándonos. Te quiero muchísimo y me gustaría poder abrazarte, besarte y decirte cuánto te quiero en persona, pero sé que estás bien, que estás en buenas manos y que estás feliz.